Un helicóptero Apache del ejercito israelí llega
hasta Gaza rumbeando, llama a la puerta de una vivienda palestina y lo
último que dice su ocupante antes de saltar por los aires carbonizado
es: “andebugi dibí”.
El príncipe Enrique de Inglaterra fuma abstraído un porrito en uno de
los innumerables baños del palacio de Backingham al ritmo racatanga.
Mientras tanto, en la cocina real, uno de los sirvientes mueve la
pelvis como el cuervo Rockefeler antes de retirarse a su casa de
reposo, contra el trasero de otro de los sirvientes, que ve, con
semblante orgulloso, cómo se produce el cambio de guardia ante sus
propias narices y escucha a su parasitario colega cantar como un
barítono de opera: “dejebe tu dejebere sibinoua, uajabi, ¡andebugi!”.
Isabel, la segunda, escucha los gritos desde sus majestuosos aposentos
y se pregunta quién llegará hoy a palacio escondido en el maletero de
un coche: ¿Será el ballet de coros y danzas de Cracovia? ¿Será Dinio
influenciado por la noche? “No gano para sustos”-se dice a sí misma-.
“ Este es el palacio de tócame Roque”. Y grita: “¡Aserejé!”.
La dislexia progresiva de George Bush le impide cantar la canción,
pero de todas formas, ha conseguido el consenso de los países de la
ONU para realizar una inmediata intervención militar en suelo Irakí si
no se atienen a las demandas de la organización. En caso de que sí se
atengan, se inventará otra demanda. En su agenda ya tiene previsto
obligar a todos los Irakíes a saltar a la pata coja dos kilómetros
seguidos mientras comen un estofado de cordero segoviano. En el caso
de que no se cumpliera esta última condición, no le quedará más
remedio que lanzar muchas bombas inteligentes, que sólo actuarán sobre
blancos militares y no sobre poblaciones civiles como pozos
petrolíferos, por ejemplo.
Media docena de investigadores especializados han localizado, en
efecto, varias contradicciones graves en los documentos existentes
sobre la llegada del hombre a la luna, y que podrían poner en duda su
hipotética llegada en 1969. De las dos mil fotos existentes sobre la
tan controvertida pisada, sólo han visto la luz escasamente
doscientas, en las cuales se puede observar que no hay estrellas. Al
mismo tiempo, también se ha descubierto que las primeras palabras de
Neil Amstrong fueron en realidad: “Este es un pequeño paso para el
hombre, pero un gran paso para el jandebugi”. La NASA ha negado la
veracidad de estos descubrimientos, y ha lanzado a los medios un
comunicado textual y explícito: “menuda panda de tarados”.
En Operación Triunfo se intenta que los alumnos aprendan el complicado
baile diseñado por las Ketchup, pero en vista de que el coeficiente
intelectual no llega a los mínimos ( la mayoría cree que Luchino
Visconti son dos diseñadores de moda homosexuales), se ha decidido
utilizar un vocabulario más adecuado e informal: “Vamos a ver chicos,
vosotros agitad las manos, después señaláis vuestra chepa con el dedo
anular, y por último, cruzáis las piernas como ha hecho Emilio Aragón
toda su vida mientras os tomáis la temperatura de la frente ¿Capiche?”.
Un barco antiguo, casi un superviviente de la Armada Invencible,
llamado The Prestige y cargado con fuel pesado, ha embarrancado cerca
de las costas gallegas creando una auténtica catástrofe natural en la
zona. Bancos de corales perdidos y fauna acuática ahogada es el, por
el momento a la espera de si termina hundiéndose, el fatal resultado.
Los encargados de que la antidiluviana barcaza siguiera navegando a
sus anchas; los encargados del puerto americano que no localizaron las
averías del barco; los responsables de que las rutas de estos grandes
petroleros se acerquen tanto a las costas...todos, todos...”la bailan
y la gozan”.
Algunos han querido ver en la inversión de las palabras de las Ketchup
un posible mensaje demoniaco....y yo me pregunto: ¿Es que hace falta
invertirlo para darse cuenta? Medio mundo baila el estribillo de una
canción que no entiende, un estribillo absurdo e infantil. Quizá su
éxito estribe en que al ser una canción tan absurda, se haya
convertido e