El
abandono de animales domésticos es la cara visible de un enorme
problema, que presenta diversas ramificaciones e implicaciones, y
que es sostenido también por diferentes sectores económicos.
Desde que el ser humano comienza a poblar la Tierra, ha venido
utilizando a diferentes especies animales como recursos para
realizar determinadas funciones que él mismo, por razones físicas,
no podía llevar a cabo. De los animales se aprovecha su fuerza,
velocidad o capacidad para cazar
o ahuyentar a otros
animales. Algunas de estas especies han perdido sus
funciones originales y han permanecido junto al ser humano por
motivos puramente estéticos o para hacer compañía. Hoy en día,
estos animales de compañía se han convertido en un negocio que
mueve mucho dinero en todo el mundo, y es a su vez generador de
sufrimiento y explotación sistemática de millones de perros, gatos
y otros animales. Numerosas empresas y particulares se dedican a
criar animales, las hembras son tratadas como máquinas
reproductoras, forzadas a parir una y otra vez, y los cachorros
son puestos a la venta a elevados precios, o simplemente
asesinados cuando no cumplen con los criterios físicos esperados.
Esta actividad la realizan, desde grandes compañías hasta
particulares y aficionados, o sencillamente familias que obtienen
con ello unos ingresos adicionales. La inmoralidad inherente a
esta actividad es evidente, por cuanto se está tratando a seres
sintientes como meros objetos decorativos o como a meros
instrumentos o herramientas que se espera realicen un trabajo
específico. Es una muestra clara de especismo, o
discriminación ética en razón de especie. ¿Admitiríamos moralmente
este tipo de cría en seres humanos? ¿Veríamos con buenos ojos la
cría y selección genética de personas, para satisfacer
determinados caprichos estéticos o funcionales?
Pero los
problemas que se derivan de la cría de animales no acaban aquí.
Muchos de estos animales de cría que son regalados cuando son
cachorros, al llegar a la edad adulta son abandonados. Existen ya
una gran cantidad de animales abandonados en nuestros pueblos y
ciudades, con lo que el hecho de añadir más animales a este flujo
es agravar aún más el problema.
Por otra
parte, muchos de los animales que se hacinan en perreras y
albergues se utilizan para el sangriento y clandestino negocio de
las peleas de perros. Esta práctica brutal está extendida por todo
el estado, y pese a su ilegalidad, las autoridades no hacen nada
por impedirlo. Otros irán a parar a los laboratorios, donde
servirán de carne de cañón para prácticas de vivisección.
DESDE ALA,
EXIGIMOS...
... La
prohibición del negocio de cría de animales. Los animales no
son objetos con los que se pueda comerciar o traficar. La cría de
animales es inmoral y genera millones de seres abandonados, además
de perpetuar la idea del animal como objeto.
... que,
desde las administraciones, se realicen políticas de
esterilización de animales abandonados, para frenar la
proliferación desmedida de seres a los que espera un futuro
miserable. Estos animales malviven en pésimas condiciones en
nuestras calles, son víctimas de gamberradas, del atropello de
vehículos y nadie se ocupa de ellos cuando están enfermos.
... que
los municipios se encarguen de gestionar suficientes centros de
acogida para animales abandonados. Que en dichos centros de
acogida se vele por el bienestar y los derechos básicos de los
animales, para que tengan una vida digna. Que estos centros sirvan
principalmente como canales de adopción de animales, con políticas
de puertas abiertas y facilidades para se realicen adopciones
seguras y controladas. Actualmente, gran parte de los pocos
albergues de acogida de animales existentes son gestionados por
particulares, que luchan, sin subvenciones ni ayudas y con escasos
medios, contra el enorme flujo de animales sin hogar.
En España,
se abandonan al año unos 100.000 perros y el doble de gatos (según
la Fundación Purina). En ALA estamos segur@s de que el número real
de abandonos es mucho mayor que el que las estadísticas son
capaces de reflejar.
¿QUÉ
PODEMOS HACER?
- Nunca compres un
animal. Si compras un animal, estás contribuyendo a un negocio
inmoral y lucrativo. Si deseas que un animal te haga compañía,
primero asegúrate de que vas a poder mantenerlo en las
condiciones adecuadas para su especie durante toda su vida (un
perro o un gato pueden vivir hasta 14 o más años). Asegúrate
también que podrás hacerte cargo de su bienestar cuando tengas
que salir de vacaciones. Si, aún así, deseas dar el paso,
acércate a un albergue de animales abandonados, allí hay muchos
animales malviviendo que serán más felices contigo.
- Nunca abandones a un
animal. Para ellos, tú eres todo lo que tienen. Les causarás un
terrible sufrimiento psicológico, y les abocarás a una muerte
prematura, atropellados, por inanición, presa de enfermedades...
o en las perreras municipales, en las que son asesinados a los
pocos días si no aparece nadie que los reclame.
- No elijas como
acompañante a animales exóticos. (serpientes, monos, etc.) El
tráfico de animales exóticos es un execrable y lucrativo negocio
que arranca a miles de animales de su hábitat natural, dejando
una estela de muerte y familias rotas a su paso (para capturar a
uno mueren otros muchos), y causando un terrible trauma a los
pocos animales que llegan vivos a su destino.
Recuerda: los
animales no son objetos, son seres con derechos.
-
NO LOS COMPRES, ADÓPTALOS
-
- Si deseas
adoptar un animal, visita nuestra sección de
Protectoras y albergues.
Ver artículo:
El gran problema del abandono |