Las
diferentes movilizaciones y actos de solidaridad con los cuatro jóvenes
enacarcelados en Picassent tras el desalojo del centro social ocupado
Malas Pulgas han provocado un fuerte diálogo social. En plena campaña
electoral los partidos aprovechan el tema de la okupación para cargar las
tintas unos contra otros.
El primero fue Joan Ribó, portavoz de IU en las Cortes Valencianas, cuando
el pasado 24 de octubre llamaba en la prensa "pequeño Garzón" al juez que
acusa de terrorismo a los cuatro jóvenes que se encuentran en prisión
preventiva en Picassent. Al día siguiente media docena de profesores de la
Universidad de València publicaban un artículo de opinión en el "Levante".
Bajo el titular " Los okupas detenidos, el oportunismo político y la ley"
cargaban tintas contra el Delegado de Gobierno, Juan José Cotino,
anteriormente jefe de la Policía Española y el candidato del PP a la
presidencia de la Generalitat, Francisco Camps,(quien hasta hace poco era
el Delegado de Gobierno).
Días después, el 7 de noviembre, el Partido Socialista del País Valenciano
se pronunció públicamente con unas declaraciones del concejal del
Ayuntamiento Pablo Gil (PSOE) quien afirmó que "la problemática okupa
radica en los altos alquileres, el precio de compra de las viviendas, los
trabajos temporales mal renumerados, la falta de alternativas para los
jóvenes y la falta de espacios públicos".
Ante este aluvión de críticas, el PP también ha querido hacer campaña
electoral y en una acto público electoralista del 7 de noviembre, el
portavoz del PP Rafael Hernando instaba a Joan Igansi Pla, candidato del
PSPV-PSOE, a aclarar si "es partidario de la ocupación de viviendas y
chalés vacíos" en alusión a las declaraciones del día anterior. La
confederación General del Trabajo también hizo público un comunicado el
día 8 de noviembre en el que acusaba al PSOE de " utilizar a los okupas
para atacar al PP y ganarse un espacio entre la juventud".
Por otra parte, más de medio centenar de profesores, políticos, abogados y
profesionales han hecho público un manifiesto en el que denuncian la
"oleada represiva que vienen sufriendo los movimientos sociales" y
rechazan " que con la excusa del terrorismo se les reprima y criminalice"
alo que añden que, "los centros sociales ocupados son espacios necesarios
donde se realizan actividades culturales y se autogestiona cultura, ocio y
espíritu crítico. A la falta de locales para los jóvenes, a la brutal
especulación que padece la ciudad de Valencia, el colectivo okupa responde
creando espacios de libertad donde antes sólo había casas abandonadas
llenas de ratas y basura".
Los firmantes del manifiesto, entre los que se encuentran escritores de
renombre, periodistas y diputados acaban diciendo que" el dossier del juez
Luis Francisco de Jorge Mesas es un salto cualitativo en la
criminalización de los colectivos que desde la crítica y la creatividad
proponen un mundo más solidario y más libre. Ahora son los okupas del
centro social Malas Pulgas, antes fueron los antifascistas de Russafa o
los 52 detenidos en el desalojo del teatro Princesa donde murió un joven
okupa, mañana puede ser cualquier otro colectivo de los muchos que en
Valencia y en todo el Estado se oponen al capitalismo, al fascismo y a las
injusticias sociales".
Por su parte el colectivo okupa piensa incrementar las movilizaciones al
cumplirse un mes de encarcelamiento de los cuatro jóvenes a los que se les
acusa de asociación ilícita. Los abogados también han denuciado que no les
es posible practicar la defensa mientras el juez mantenga el secreto de
sumario
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