El
movimiento okupa de A Coruña salió ayer a las calles para protestar
contra la «campaña de criminalización» que lleva a cabo el gobierno
con este colectivo y reclamar viviendas abandonadas para habitar. Más
de doscientas personas se unieron a esta singular mani-festa-acción
, que comenzó en la plaza de Orense, continuó por Sánchez Bregua,
Juana de Vega, San Andrés y terminó en la plaza de María Pita.
Pero ésta no fue una protesta cualquiera. Al carácter pacífico de la
manifestación se unió el hecho de que los integrantes de la
movilización iban disfrazados. Desde policías a malabares, pasando por
un gran muñeco simulando una calavera y un enorme dragón, en cuya cola
cabían cerca de diez personas.
El objetivo del colectivo okupa era llamar la atención de los
transeúntes para que se unieran a su causa. «Non lle pedimos nada o
Estado nin a esta dictadura disfrazada que chaman democracia, somentes
esiximos que nos deixen en paz. A ninguén lle perxudica que unha casa
abandonada sexa rehabilitada, e a todos perxudícanos deixar facer a
empresarios, políticos, inmobiliarios e bancos usureiros», reclamaban.
Vigilancia
Todo el recorrido de la movilización, que contaba con permiso
municipal, fue seguido por una patrulla de la Policía Local y un
furgón con agentes de la policía nacional, que se encargaron de que no
surgiera ningún incidente durante la celebración de la protesta.
(la voz | a coruña)
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