El gran impacto
medioambiental que supone la construcción de la autovía que unirá
Cantabria con la Meseta tiene uno de sus paisajes más desoladores en
el tramo Los Corrales de Buelna-Molledo. Alrededor de unos seis mil
árboles de bosque autóctono han sido talados (en la foto) y la
inestabilidad del terreno está provocando derrumbes y desplazamientos
de tierra que pueden finalmente obligar a un cambio de trazado que
habría evitado los daños ya provocados en la Reserva del Saja-Besaya.
La
autovía Cantabria-Meseta es una de las grandes obras de
infraestructura en Cantabria. En ella intervienen diversas empresas,
entre las que se encuentran Dragados y Construcciones y Epsa
Internacional. Plagada de supuestas irregularidades, alegaciones de
ayuntamientos y denuncias de los grupos ecologistas, se ha querido
reforzar su construcción con la visita del ministro de Foment español,
Francisco Alvarez Cascos. Sin embargo, tramos como Los
Corrales-Molledo, donde las obras ya comenzaron, están poniendo de
relieve los graves errores de planificación en el trazado y el daño
que se está haciendo en la Reserva del Saja.
Las aguas subterráneas y un suelo no suficientemente sedimentado han
provocado corrimientos del terreno y desplazamientos de casas y
árboles. Estos desplomes han obligado a extraer tierra y almacenarla
en rellenos ilegales que llegan a los cincuenta metros y que no
estaban contemplados en los trazados. Para ello, se han tenido que
talar aún más árboles. Se calcula que alrededor de más de seis mil
árboles de bosque autóctono, robles y castaños, se han destruido a
causa de las obras. Además, para no llamar la atención sobre este
tema, se tala el interior del bosque por lo que, en algunos casos, no
se puede apreciar a simple vista.
Esta tala desproporcionada puede ser una de las causas de los
desplazamientos de tierra ya que, gracias a la vegetación, se sostenía
el terreno. Estos desplomes y corrimientos, que han llegado a ser de
60 centímetros en un solo día, amenazan con un derrumbe en el túnel
que comunicará Los Corrales con el Valle de Cieza. Esto obligaría a un
cambio de trazado, con el que se habría evitado el gran impacto
medioambiental que la autovía está teniendo en la zona. Sin embargo,
el trazado actual no sólo ha sido defendido por el Ministerio de
Fomento español, sino también por el Consejero de Medio Ambiente del
Gobierno de Cantabria, Jose Luis Gil (PP), que, ante las denuncias y
alegaciones, ha calificado las acciones de los grupos ecologistas de
"posturas radicales".
Las obras también están afectando al bosque de Fresneda, al río
Muriago, a una calzada romana e incluso al abastecimiento urbano de
agua, ya que en varias ocasiones el suministro se ha cortado tanto en
esa zona como en la ciudad de Torrelavega debido al impacto en las
tuberías de captación de agua.
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